Las cuevas de la Meseta Blanca.

El paraje de la Mesa de Orive o del Sol (en la actualidad conocido como Meseta Blanca) se sitúa a escasos kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba. Se trata de una gran meseta de caliza terciaria (Mioceno) de morfología totalmente plana en su parte superior y que divide a dos importantes arroyos cordobeses: el arroyo Barrionuevo (cara oeste de la mesa) y el arroyo Pedroche (cara este de la mesa).. En ambas vertientes, aparecen tajos verticales que caen casi a pico desde la parte superior de la mesa hasta los cursos fluviales.

En los inicios de los años sesenta del siglo pasado, el auge de la espeleología cordobesa era patente y las espléndidas paredes calizas de la Mesa del Sol eran un escenario perfecto para la realización de prácticas de maniobras de progresión vertical así como para la escalada y el rápel. Así pues, los grupos cordobeses de escalada y espeleología de la época comienzan a frecuentar el lugar debido a la cercanía con el casco urbano.

Tres son las cuevas que podemos encontrar en dicho paraje: Cueva de Las Cabras (o del Tempranillo), Cueva de la Meseta Blanca y Cueva del Sol.

Cueva de las Cabras

Boca de la Cueva de las Cabras (Archivo G40/GEKO)

Situada en la ladera oeste de la Meseta Blanca y en la base del farallón vertical, Posee un desarrollo total de 32 m con una pendiente ligeramente ascendente, desde la superficie hasta su extremo distal. Está excavada en un estrato de conglomerado del Mioceno, compuesto en su mayor parte por pequeños cantos redondeados y algunos pequeños bloques también rodados. Este conglomerado aflora en las paredes de la cueva de principio a fin. Su amplia boca, con unas proporciones de 2,79 m de altura y 3,40 m de anchura, hace que la luz solar inunde sin obstáculo alguno gran parte de la misma (a excepción de la gatera y habitáculo final). Ello ha originado el desarrollo de musgos y líquenes (verdín) las paredes y la presencia de plantas en el interior de la misma.

Cueva de la Meseta Blanca

Se localiza sobre una repisa a escasos metros al sur de la Cueva de las Cabras. Con un desarrollo horizontal de 16 m y un desnivel de 1,5 m, se adentra en la caliza de forma perpendicular a la línea de ladera. La boca se sitúa en la pared, elevada 0,50 m sobre el suelo de la repisa, de forma triangular y con unas dimensiones de 1,93 m de altura por 1 m en su base. A los 2,5 m de la boca nos topamos con la pared, y a la derecha se abre una apertura ovalada que nos deja (tras superar un pequeño resalte) en el inicio de una fractura estrecha en forma de galería. Dicha fractura alcanza los 9 metros de desarrollo antes de estrecharse, siendo impracticable la progresión por una persona.

Cueva del Sol

Localización de la Cueva del Sol, sobre el arroyo Pedroche (Archivo GEKO)

Se ubica en la cara opuesta a las cavidades anteriores y en una planicie situada en la parte alta de la meseta. La amplia boca de tendencia rectangular está camuflada en parte por las ramas de un árbol que chorrean desde la parte alta del talud, donde asoma también una higuera. Una primera zona tipo «abrigo» de morfología cóncava se va cerrando hasta embocarnos en un pequeño paso de circular de 1,14 metros de diámetro.  Una vez que pasamos la estrechez, la cavidad vuelve a abrirse a una sala por la que todavía se puede avanzar unos 12 m, llegando a alcanzar una anchura máxima que ronda los 4,50 m. En dicha sala, los altibajos originados en un techo con gran profusión de huecos y sumideros harán que tengamos que buscar las zonas apropiadas para estar completamente erguidos, ya que la altura máxima es de unos 2 m.

Interior de la Cueva del Sol (Archivo G40/GEKO)

Rafael Bermúdez Cano y Julio Guijarro (Grupo espeleológico 40), Abén Aljama Martínez (GEKO, Grupo espeleológico Kart-Oba).