
Desde hace al menos algo más de quince años hay un interés creciente por catalogar, conservar y restaurar las fuentes, manantiales y abrevaderos de Andalucía, tanto en entornos urbanos como en el campo. Son elementos de gran valor paisajístico y tanto observar como escuchar el murmullo del agua provocan en la mayoría de los humanos una atracción atávica. Asociada a estos puntos de agua suele haber vegetación diversa cuyos colores verdes contrastan con el resto del paisaje especialmente en los meses cálidos y consiguen crean un entono más fresco. Esto, unido al canto de distintas especies de pájaros que suelen acudir a estos puntos o de algún anfibio que lo utiliza como lugar de reproducción, hace que acercarse a estos enclaves sea siempre una experiencia muy agradable.
Seguir leyendo aquí