
En primavera las orquídeas silvestres abundan en nuestros campos. A veces pasan desapercibidas porque son de menor tamaño que las cultivadas, pero no de menor belleza. Las orquídeas no sólo se caracterizan por su aspecto llamativo, sino también por constituir una de las familias de flora con mayor número de especies y complejidad de relaciones ecológicas. Por ejemplo, algunas especies producen néctar para atraer a sus polinizadores; otras, sin embargo, atraen a los machos de las abejas, avispas, o moscas que los polinizan, imitando la forma y el olor de las hembras. Este es el caso de esta orquídea, Ophrys tenthredinifera subsp. ficalhoana. Las especies de este género se polinizan mediante engaño sexual porque el labelo imita a las hembras de los machos de los himenópteros que se ven atraídos hacia ellas.