El invierno de la limonera

No son muchas las mariposas que pasan el invierno en estado adulto. Las pocas que lo hacen suelen buscar un refugio, ya sea una casa, una cueva o un montón de leña, en el que cobijarse de los rigores de los meses más fríos. Sin embargo, la limonera (Gonepteryx rhamni) se suspende en el aire bajo una ramita en medio de un zarzal u otro arbusto en el que pasa desapercibida por la similitud del envés de sus alas con una hoja.

Una mariposa que inverna como imago y cuya distribución llega hasta el sur de la península escandinava ha tenido que desarrollar mecanismos para afrontar el fuerte frío. En este sentido la limonera elabora un “anticongelante” que le permite seguir viva cuando la temperatura  desciende de los -20 ºC. Además la limonera realiza migraciones en busca de los lugares más óptimos en los que desarrollarse en las distintas etapas de su vida. Así, cuando pasa el invierno la limonera se dirigirá a los hábitats donde crecen las plantas que nutren a sus orugas, en nuestra provincia el aladierno (Rhamnus alaternus) y el espino negro (Rhamnus oleoides) y así completar su ciclo.

Texto y fotografía: Diego Peinazo