Resulta sorprendente la amplia gama de relaciones que a lo largo de la evolución se han establecido entre plantas y animales. Buen ejemplo de ello es la dependencia que presenta esta leguminosa del género Scorpiurus con respecto a ciertos animales para su reproducción: insectos para su polinización y mamíferos para la dispersión de sus semillas.
Como en el caso de la imagen, es frecuente que en una misma planta puedan observarse ambas estrategias. Flores con colores y diseños llamativos para atraer a los insectos durante su polinización y frutos tipo vaina con pequeñas espinas en su exterior para engancharse y ser transportados en el pelo de cualquier mamífero y conseguir así la dispersión de sus semillas. Parte de los elementos de la flor aún pueden reconocerse tras un análisis minucioso del fruto: el cáliz con sus cinco sépalos o los restos del estilo del pistilo en el extremo de la vaina son algunos de ellos.